Nunca se sabe cuanto se aprecia y admira a alguien hasta que desaparece de nuestras vidas, tampoco sabemos cuantos son los que la siguieron. Una multitud despidió al artista y al ser humano, quizá es dificil construir un personaje pero, más dificil es conciliar estas dos partes, es indudable que SANDRO logró pacientemente, con acciones sencillas, mostrar al ser humano que había más allá del personaje, del artísta. Fue realmente emocionante ver como personas, sin distinciones de ninguna clase, acompañaron sus restos hasta su última morada. Parece increible pero no imposible. Si el pudo, porque otros comprometidos con las acciones públicas no se manifiestan de la misma manera, tratando de ser creíbles, honrados, sencillos, luchadores hasta el final. Esa llama que todos llevamos dentro, no debiera apagarse. Quizá Argentina necesite imperiosamente creer. Sentir que aún hoy, entre ese mundo de gente que lloró a su ídolo o que descubrió su figura, surja alguien a quien podamos darle nuestra confianza y nuestro apoyo.Gracias Sandro,Gracias Roberto Sanchez por hacernos reflexionar.
MEM
Hola, Profe! Aunque hayan pasado ya 11 años de haber terminado la secundaria en el "Nueva Generación", aun la recuerdo. Soy Laura Gabriela Carrazán, compañera y amiga de Paula Livolsi, no sé si nos recordará, solíamos ser muy buenas alumnas (modestia aparte, jeje). Recién descubrí la el sitio de Isidro Casanova y ahi la encontré a ud! No lo podía creer! Espero seguir en contacto. Desde ya, le envío mis saludos!
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