Pensando en los acontecimientos que se vienen sucediendo paulatinamente en nuestro país, observo que se van los nubarrones y se aclara el espacio infinito, como dice el refrán "sin prisa pero sin pausa" nada se puede quedar eternamente cuando no se tiene la consistencia de la verdad, la integridad que da la decencia y por sobre todas las cosas el sentimiento de honradez que algunos hombres y mujeres tratan de apuntalar valerosamente en el accionar de todos los días.
Alguna vez sentí miedo o quizá impotencia al pensar que lo que algunos veíamos parecía circunscribirse a una fracción pequeña, casi minúscula en la inmensidad. Pero recordé que tarde o temprano la verdad triunfa sobre la mentira, no se puede "tapar el sol con una mano" y "la esperanza es lo último que se pierde", así mi padre con frases repetidas nos hacia creer que todo se puede lograr, hasta lo imposible, ese gendarme que creía que debía defender las fronteras a costa de su propia vida en tiempos lejanos, aquellos en los cuales un uniforme verde significaba que allí comenzaba el territorio argentino. Y era respetado por los que vivían en los límites de nuestro país. En climas calurosos, en las montañas , en la puna o allí en el sur más lejano.Muy lejos de las grandes ciudades, donde hoy los encontramos. También ellos volverán, siento que alguna vez volveremos a la normalidad o al menos a lo que medianamente podamos remediar en parte, eso espero.
Estos días de ausencia, me dieron el tiempo suficiente para volver a creer, hoy no voy a enumerar los hechos que hacen que me sienta optimista, ya no es necesario, solo los deshonestos o los cándidos pueden no estar de acuerdo conmigo.
Se vienen vientos de justicia......