El ACV de un familiar me hizo reflexionar sobre los distanciamientos de los afectos, el tiempo que pasa y lo finita que es la vida. Sé de situaciones como esta en otras familias y observe que siempre hay similitudes increíbles a mi pesar, da realmente pena los enredos y sus consecuencias. sin duda hay en esto "inocentes" y "culpables" y, no se por que, aunque una de las parte no haga nada por alargar la situación siempre hay palabras, frases y acciones que son contadas por alguien para que nunca se termine, por supuesto que hay intereses o cobardías para que esto continúe y así, algo que fue una simple equivocación, una mala interpretación o simplemente un hecho intrascendente, como una bola de nieve se agranda y separa por años y años.
Lamentablemente la desunión persiste y continúa en los hijos y en los primos, en los tíos y sobrinos.
Esto redunda en perjuicio al producirse riesgo de muerte de uno de los integrantes de una de las partes. Los que estaban del otro lado del enfermo notan que imperceptiblemente hay palabras, gestos, acciones y silencios para que el acercamiento se vea obstaculizado. Un dolor intenso produce y se opta por llegar al enfermo de la manera menos traumática.
Lo que más hace pensar es el rencor, lo que lo alimentó día a día y lo que lo mantuvo demostrándolo con un rechazo irrespetuoso en un momento que no cabe el odio solo energía positiva.
¿Como se puede guardar tanto rencor años y años sin pensar que en la balanza de la vida el amor debe pesar más?
¿Como se puede trasladar este sentimiento en los niños, mantenerlo en los adolescentes y afirmar la indiferencia en los adultos?
Es fácil incorporar la indiferencia cuando no se tuvo la oportunidad de conocer a las otras personas.
Aunque haya personas que se inmolen en la estupidez siempre tendrán una familia: abuelos, tíos y los hijos de los tíos sobrinos y sus descendientes también serán parientes.
Creo sinceramente que es grave romper raíces, porque nada se construye sobre una base incompleta, el que no toma en cuenta lo que falta cae en la estupidez.
Lamentablemente la desunión persiste y continúa en los hijos y en los primos, en los tíos y sobrinos.
Esto redunda en perjuicio al producirse riesgo de muerte de uno de los integrantes de una de las partes. Los que estaban del otro lado del enfermo notan que imperceptiblemente hay palabras, gestos, acciones y silencios para que el acercamiento se vea obstaculizado. Un dolor intenso produce y se opta por llegar al enfermo de la manera menos traumática.
Lo que más hace pensar es el rencor, lo que lo alimentó día a día y lo que lo mantuvo demostrándolo con un rechazo irrespetuoso en un momento que no cabe el odio solo energía positiva.
¿Como se puede guardar tanto rencor años y años sin pensar que en la balanza de la vida el amor debe pesar más?
¿Como se puede trasladar este sentimiento en los niños, mantenerlo en los adolescentes y afirmar la indiferencia en los adultos?
Es fácil incorporar la indiferencia cuando no se tuvo la oportunidad de conocer a las otras personas.
Aunque haya personas que se inmolen en la estupidez siempre tendrán una familia: abuelos, tíos y los hijos de los tíos sobrinos y sus descendientes también serán parientes.
Creo sinceramente que es grave romper raíces, porque nada se construye sobre una base incompleta, el que no toma en cuenta lo que falta cae en la estupidez.
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