Mientras cae intermitentemente una leve cortina
de agua a pocos días de un nuevo aniversario de la Revolución de
Mayo, escuchamos las noticias diarias y realmente nos producen una
desazón increíble, quizá son más preocupantes porque en estos días
grises aumenta nuestra comprensible inquietud. En estos días se produce la
mayor violencia en las calles; la falta de una buena iluminación,
sortear las lagunas en las calles o veredas, hacer las últimas compras,
entrar rápidamente al hogar: introduciendo el auto o simplemente la llave en
una puerta, son hechos simples que pueden traer grandes complicaciones o la
muerte. Agazapados en las sombras, éstas dan a los delincuentes la
posibilidad de asaltar impunemente a los desprevenidos transeúntes. Hoy se suma
los ataques violentos a las casas y sus ocupantes, a los negocios con o sin
cámaras de seguridad, dentro o fuera de la ciudad, barrios cerrados, casas en
los suburbios, colectivos o coches, secuestros Express y muertes sin una razón:
policías, comerciantes, estudiantes, profesionales y hasta miembros de la
justicia. La crueldad producto del consumo de drogas o la inconciencia juvenil
por un lado: tiene en el accionar increíbles hechos sangrientos donde el
respeto por la vida se ha perdido. Las leyes y la aplicación de las mismas,
quizá por el aumento de la violencia y faltas de elementos necesarios para
suprimirla o disminuirla, no dan los resultados que indiquen un cambio, los jóvenes
salen al otro día, las penas son menores, las salidas de los penales se han
incrementado, las cárceles no tienen la suficiente capacidad y no están
preparadas para la reinserción en la sociedad. La inseguridad también es
producto de la falta de presupuesto para equipar a quienes cuidan el orden,
caen policías todos los días en los grandes centros poblados de villas, ellas
mismas tienen situaciones de desamparo, afuera y adentro se lucha por una
convivencia. El orden y las políticas actuales no alcanzan.
La violencia y sus miedos no es solo la
preocupación por estos días, el no saber a ciencia cierta que pasa con nuestra
economía, donde es una verdad la manipulación de los índices, el incremento de
los precios en productos primarios para nuestra subsistencia, nos lleva a
estar en medio de las maniobras entre el origen de los productos, la
intermediación y el precio real. Por otro lado la idea de tener
diferencia entre importación y exportación traen como resultado la falta de
ingreso de elementos indispensables: medicinas, materia prima, tecnología
avanzada para lugares que la necesitan imperiosamente. Quizá si tuviéramos
explicaciones del modelo podríamos ver la problemática desde otro punto de
vista. Hasta podríamos pensar que un apoyo en estas circunstancias podría a la
larga ser positivo para nuestro crecimiento, pero no hay aclaraciones y
la duda persiste.
En un país democrático o al menos en uno que
quiere ser democrático es imprescindible que la comunicación sea
constante, sin creer que por preguntar para "saber de que se trata":
haya una conspiración. El 25 de mayo de 1810, tuvo la mejor demostración de que
es bueno "saber", están latentes aún sus mensajes, a
pesar de haber pasado dos siglos desde ese acontecimiento. Nos han pasado
tantos períodos de construcción de nuestra nacionalidad y luchas por una
unidad que llevaron años donde se llevaron vidas extraordinarias, pero
lamentablemente también hubo grandes retrocesos por creer que el poder absoluto
de algunos "iluminados"-que bien los describe Marcos Aguines en uno
de sus libros- era necesario para lograr un progreso y una pronta
introspección política dirigencial que nos llevaría a la concreción de un mejor
país. Pero el poder trajo en algunos casos miles de muertes de inocentes, y en
otros casos una Argentina devastada por la riqueza de unos pocos y la gran
miseria de muchos. No tenemos tiempo para más Mesías, ni para regímenes
autoritarios, tampoco para no "conocer" nuestro destino, no creer que
somos enemigos quienes humildemente queremos ser parte de soluciones,
pero sabiendo de que se trata, no queremos tener dirigentes que se enriquecen
en desmedro de otros y mienten y ocultan o se respaldan detrás de maniobras
oscuras. Es tiempo de que nos hermanemos, es tiempo de construir un país
distinto basado en los valores, que podamos reflexivamente, dejar a nuestras nuevas
generaciones el orgullo de dejar como modelo nuestros
desprendimientos materiales, pues no tendría que ser el objetivo principal enriquecerse y menos ser oportunistas para hacerlo. Que
la humildad de nuestros mayores, precursores de nuestra libertad e
independencia en aquel mes de mayo de 1810 ilumine a los que tienen la
responsabilidad de dirigir los destinos de nuestro país. Creo que es mi deber
de ciudadana dar mi visión en esta semana de mayo, pensando que no hiero
sensibilidades por hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario