Ayer, después de un viaje accidentado a la provincia de Santiago del Estero, llegué a San Luis y pude ver en vivo y en directo como el fuego arrasaba con todo lo que se anteponía a su paso al pasar por Córdoba, el humo y el rojo intenso que por momentos se hacia más vívido hacia un efecto atroz en mi pobre corazón que se estrujaba de impotencia, mientras, observaba como en el cielo se mezclaba la tierra que por el viento, subía raudamente juntándose con el humo.
La gente cordobesa se movía silenciosa, con el rostro preocupado, algunos tapándose con un pañuelo ante la acción del humo-tierra que suavemente se incorporaba al aire. Sin perder nunca esa amabilidad que los caracteriza, nos sacaban las dudas a pesar de sus problemas, mientras tratábamos de encontrar un camino o una ruta que nos permitiera cruzar su territorio con el mínimo de peligro.
Cada vez que nos internábamos más y más a la zona afectada era más difícil, pasamos por la Capital y llegamos a Alta Gracia Subimos a las altas cumbres y desde allí observábamos como en un paisaje tridimensional la belleza imponente y su lucha por preservarse. Mi hermano, gran conocedor de los caminos en la altas cumbres cordobesas y yo con cero de experiencia, hacíamos una dupla donde pudimos intercambiar mis conocimientos de medio ambiente y sus vivencias. Todo sirvió a la hora de evaluar las posibilidades que se podían tener en una tragedia humana, social, cultural, económica y natural.
En Mina Clavero, oscureciendo, vimos como se podía observar más crudamente el fuego que bajaba de las sierras. Mientras seguíamos el camino de Traslasierra, que en hilera iban apareciendo los pueblitos que unen Córdoba con San Luis, nos iba incorporando la angustia nuevamente, sabiendo que uno de ellos iba a sentir todo el golpe del fuego, porque al avanzar se iban acercando, vimos a lo lejos algunas luces en la ladera que marcaban grupos de casitas, el caso de Loma Bola, un lugar de ensueño por su belleza natural,
Pasamos San Javier, perdido en el sinuoso camino, sabíamos que nos estábamos acercando a uno de ellos que sería el más afectado, y ese nos mostró el punto de contacto; uno de los cercos mostraban unos tizones de los postes por acción del fuego y del otro lado del camino algunas pequeñas lenguas rojas que ardían en el silencio de la noche. Muy cerca los bomberos con vecinos hablaban preocupados.
Llegamos a La Paz, sabíamos al observarlos que sus habitantes no iban a dormir esa noche,
Al entrar a la provincia de San Luis pensé en cada uno de los bomberos que participaban en esa lucha desigual, la valentía y la perseverancia de esos hombres y mujeres que ofrecían lo más valioso que podían dar : su propia vida, poner uno a uno los conocimientos adquiridos para cada uno de los momentos que se presentaban, atropelladamente seguramente, porque todo iba más rápido que la propia acción del hombre.
También pensé en las familias del lugar que, en pocos segundos, estaban perdiendo todo, incluido sus recuerdos más caros. Decía el Gobernador que le habían contado que muchas de ellas no querían abandonar sus casas, "su lugar en el mundo", ese que muchas veces lo tengo presente cuando hablo de mi San Luis, al que aprendí a querer en diez años de permanente ir y venir desde Buenos Aires.
Sé que mi país es muy grande, que muchos como en la Guerra de Malvinas, se metieron en su individualidad y olvidaron que eran parte, sé que ayer no quise leer e interpretar lo que me había escrito una amiga de Gloogle+ porque ella tenía razón, duele pensar en la indiferencia de unos cuantos, incluido los responsables de que nuestro país no tenga suficientes hidroaviones, que este primero el pensamiento si es amigo o enemigo político, que no vea acciones o voces de quienes festejaban la alta temperatura para asolearse o pasar una linda tardecita a la vera de un arroyo o en una plaza, duele la indiferencia.
Quisiera que muchos puedan leer lo que hoy he escrito, es hermosa mi lengua castellana, mi estilo es simple y lo puede entender cualquiera que haya aprendido las primeras letras.
Es necesario que despertemos!!!...En Santiago también sentí vergüenza cuando alguien me dijo que no se permitía ver otro canal que no fuera el oficialista porque le habían dado una casa y hacia unas horas que habíamos pasado por la Ruta 9, observando la pobreza extrema de sus paisanos.
BASTA!!! de mirar solo lo nuestro y apartarnos egoístamente de los que sufren a nuestro alrededor. Así jamás podremos avanzar.
La INDIFERENCIA es el peor de los defectos, ARREPENTIRSE O LLORAR después no sirve.
Mi querida colega Martha Montenegro
ResponderEliminarLa vida que estamos viviendo es la viva estampa de los países tercermundista donde el hambre, las más atroces epidemias que traen estos acontecimientos, las enfermedades las personas que no tienen para sobrevivir, y todo parece que nos vamos hacia atrás en los tiempos cavernarios, se me cansa el alma de escribir, trato de ayudar a la humanidad, mi verdadera carrera fue la de psicoanalista, para los niños que padecen traumas de sus propios padres, sin la necesidad de que se lleguen a los psiquiatras y le den fármacos que no necesitan, es criminal que haya tenido que dejarlo porque no es considerada como una ciencia, todo se colapsa, los huracanes, las enfermedades que hemos creído haberlas erradicado está retrocediendo, los doctores no todos solamente trabajan por el amor al “Dinero” que diría Hipócrates, el padre de la medicina.
Dicen que el hombre aprende al borde del abismo yo Peter Bustamante lo dudo
Me solidarizo con usted, él hombre olvida pronto.
Tengamos confianza en el arquitecto del Universo.
Atte.
Peter Bustamante
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