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domingo, 7 de octubre de 2012

SOSTENER LA PALABRA EMPEÑADA

Más allá de la Ley escrita estuvo la palabra empeñada, el respeto y la honorabilidad fueron los valores que acompañaron a los testimonios orales. 
Dar la palabra era dar fé que lo que se prometía  se cumpliría. Las costumbres y sus normas eran respetadas por cada uno de los integrantes del  grupo,  se avenían a cumplirlas para lograr la armonía necesaria y esa armonía  se basaban en la palabra dada. Mentir era impensado,  de ningún modo podía ingresar como posibilidad en una promesa.
Con el tiempo, con el uso de la escritura, se pensó que para lograr una mayor afirmación y compromiso, firmarlo era reafirmar el acto, pero aún así,  se mantuvo la importancia de la decisión oral, dar la mano después de una transacción  o poner la mano sobre un libro sagrado con un juramento oral,  era signo de solemnidad y  aceptación total del cumplimiento.
¿Quién podía dudar de su cumplimiento?
¿Quién podía osar romper la promesa? 
Más allá de algún sentimiento de culpa, que muchas veces llevó a hombres poderosos a quitarse la vida por no poder cumplir con sus compromisos, muchos de los descendientes trataron de lograr retirar el lodo de sus apellidos. 
El respeto por la palabra dada, por los primeros compromisos escritos y por los juramentos orales ante una responsabilidad preestablecida fueron sagrados para quienes comprendían que la honorabilidad estaba por encima de los valores materiales.
¿Qué nos ha pasado?
Hoy jurar sobre la Biblia, el libro sagrado para alguien que  cree en Dios, ya no es creíble porque aquel que juró por ella, al minuto está pensando como poner en marcha actos de incumplimiento
¿será porque lo sagrado dejó de serlo? 
Pero, si nos retrotraemos a al comienzo de los tiempos, la palabra dada  indicaba un respeto por cumplir lo prometido. 
Jurar por la Constitución Nacional, la carta Magna,¿de donde viene Magno?:
De la palabra grande, supremo poder,   lo que está por encima de todo, al menos Alejandro Magno tenía ese título por serlo en su tiempo.
La Constitución debería  ser lo más respetado en un país donde impera la democracia, el que jura por ella debería indicar que lo hace porque respeta todo lo que en ella se ha escrito: Sistema republicano y federal,  División de poderes, Derechos y obligaciones de cada uno de los poderes, Derechos y garantías que deben gozar sus habitantes, etc.
El que jura la Constitución Nacional  debe respetar todo  su contenido y cumplir cada uno de los artículos que en ella se enumeran.
Hoy se cumple una parte de todo lo que ella indica, algunos deberían leerla vez en cuando o quizá,  antes de jurar sobre sus contenidos. Se habla de democracia, de la publicidad de actos etc ¿Se cumple?
¿Porque hoy hice un blog sobre este tema?
Siento que muchos olvidan algunos conceptos y que confunden el sentido de las palabras y de las acciones. 
Siento que la mentira a ganado espacios de poder. 
Siento que la palabra no se cumple porque  las promesas quedan en el camino.
Siento que la venganza es sinónimo de acción  porque dejan sin trabajo a quien habla por sus compañeros. 
Me gustaría estar investigando sobre algo científico, sobre mi planeta y sus cambios, sobre mi gente y sus gustos, pero parece que no me va a ser posible mientras me duela mi Patria.  

  

4 comentarios:

  1. Muy sensible tu comentario. Jorge

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    1. Gracias jorge, me sale el genio justiciero...parece que son palabras que a nadie parece interesar, aunque sabes...me extraña que algunos temas como el de la bandera y sus significados tengan muchas entradas, espero que no sea solo para usarlos en un acto y luego se olvida...Saluditos

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  2. Es muy cierto lo que decís, recuerdo la época en que mi padre realizaba transacciones a sola firma, donde la rubrica sólo era la ratificación de la que se había hablado. Tristemente se pierden esos valores. El hombre actual, inmerso en tiempos demasiado veloces, necesita "ver para creer", "garantías para llegar a acuerdos"... por qué cambia tanto la forma de actuar del ser humano?? creo que la comodidad es el karma de nuestro tiempo, no nos preocupamos por conocer al otro, por invertir parte de nuestro tiempo en saber quien es nuestro vecino... entonces "el otro" "el prójimo" es un desconocido y tenemos que protegernos y vamos perdiendo confianza. Es muy complejo el tema y muy triste también... Mabel

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  3. Gracias mabe, sigo pensando que en estos tiempos la palabra no se cumple porque las promesas quedan en el camino, por eso no es garantía de nada, hoy se dice una cosa mañana otra, se ha perdido el valor de la palabra empeñada...Saluditos Amiga

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