Alguna vez, en esos tantos momentos históricos que nos ha llegado por medio de la lectura y el sentido crítico que trae la claridad de pensamiento, notamos que en esos momentos hubo necesidad imperiosa de anteponer el bienestar del pueblo por sobre todas otras prioridades o intereses y, se pudo observar que la decisión fue tajante y clara poniendo en funcionamiento esos valores que nunca deberíamos olvidar: la paciencia, la prudencia y la honestidad por sobre todas las cosas, con una mente abierta en la búsqueda de una solución pacifica.
Hoy sentimos todos los que somos parte del pueblo que, es necesario agregar y afirmar la necesidad de la "autocrítica" y la "honestidad Intelectual", necesaria en todos aquellos que aspiran a ocupar un puesto en algún estamento del gobierno.
La búsqueda de la paz es una prioridad y, todo lo que lleve a una posibilidad de violencia debe ser tenida en cuenta y actuar en consecuencia.
Los actores los conocemos, son tan populares que sus actitudes y sus procederes están presente en cada uno de los habitantes del pueblo de la Nación. Incluyo a todos porque desde los jóvenes a los mayores el sentido de observación y análisis están presentes. No se puede asegurar con vehemencia que todo lo que se afirme o se manifieste graciosamente serán a favor de sus intereses. Tampoco que todo sea aceptado sin consecuencias no esperadas. Por eso es que es necesario un poco de cordura y desprendimiento, dar un paso al costado en pos del bienestar de los que sin duda por estos tiempos observarán y agradecerán su accionar.
Por supuesto será ampliamente reconocido aquel que actúe cuando todo indique que la justicia ha observado su conducta o la de sus seguidores. Esta claro que ya la justicia se ha expedido por estas horas en algunos lugares de nuestro país y, si sigue la disputa es porque no se acepta a pesar la cantidad de pruebas incorporadas.
También va para aquellos que incorporados a justificar lo injustificable juegan a favor de la violencia, desde otros campos de poder..
Recordar a San Martín, por ejemplo, cuyo desprendimiento en Guayaquil, hizo que su grandeza fuera reconocida hasta nuestros días, la honestidad y los desprendimientos son y serán siempre algo que deberíamos defender y repetir si es necesario, nada vale si no está acompañado de valores.
Me gustaría que se alzaran más voces en favor de la paz y de la justicia, con responsabilidad y honestidad. Muchos somos los que previo análisis, comentamos y pretendemos defender los valores.
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