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miércoles, 6 de enero de 2010

Adios al idolo

Nunca se sabe cuanto se aprecia y admira a alguien hasta que desaparece de nuestras vidas, tampoco sabemos cuantos son los que la siguieron. Una multitud despidió al artista y al ser humano, quizá es dificil construir un personaje pero, más dificil es conciliar estas dos partes, es indudable que SANDRO logró pacientemente, con acciones sencillas, mostrar al ser humano que había más allá del personaje, del artísta. Fue realmente emocionante ver como personas, sin distinciones de ninguna clase, acompañaron sus restos hasta su última morada. Parece increible pero no imposible. Si el pudo, porque otros comprometidos con las acciones públicas no se manifiestan de la misma manera, tratando de ser creíbles, honrados, sencillos, luchadores hasta el final. Esa llama que todos llevamos dentro, no debiera apagarse. Quizá Argentina necesite imperiosamente creer. Sentir que aún hoy, entre ese mundo de gente que lloró a su ídolo o que descubrió su figura, surja alguien a quien podamos darle nuestra confianza y nuestro apoyo.Gracias Sandro,Gracias Roberto Sanchez por hacernos reflexionar.
MEM