Mientras se desmiente la dimensión de sus causas y se minimiza las consecuencias de su accionar, hay una sociedad golpeada diariamente , que vive atemorizada.
En estos días he escuchado más de una declaración de quienes tienen la responsabilidad de mirar este flagelo, en ellas uno puede observar la falta de interés por resolver el tema.
Cuales son las respuestas más comunes que he podido escuchar del oficialismo:
- "Hemos vivido otras situaciones en el pasado : en el 55 , en la década del 70, en el 2001 etc"
- "Es una sensación producto de los medios de comunicación"
- "En el pasado ocurrió, es más de lo mismo..."
- " En el mundo se vive una violencia igual...Argentina no escapa"
Y si alguna institución, como la Iglesia Católica, totalmente independiente al gobierno y a otras posiciones políticas y que tiene el derecho de opinar sobre lo social, emite una opinión sobre esta situación, seguramente se la descalifica " Ellos no deben opinar porque salvo honradas excepciones no fueron capaces de defender a los que desaparecían en la violenta década del 70" ¿? Hoy son otros los que están dirigiendo los destinos de la Iglesia en Argentina.
Como Uds. pueden observar , lectores de este blog,, todas ellas son parte de este relato perverso oficial que quiere minimizar lo que está pasando, porque sin duda, minimizarlo es no reconocer que muchas de las causas se deben al manejo del problema, a los motivos por los cuales cada día crece más y más en las grandes ciudades, en los pueblos de las provincias más importantes , llegando a casas alejadas e indefensas en nuestros campos, estancias etc....
Por otro lado, las víctimas son de todo el arco social, clase alta, media y baja, en esta última donde la miseria es más cruel y donde solo la vida es su riqueza, la muerte llega salvajemente, los mínimos sentimientos de humanidad se han ido y lo que es más grave quienes lo hacen son de todas las edades y también con o sin parentesco.
La Iglesia utilizó una calificación "Sociedad enferma de violencia", quizá para algunos parecerá muy fuerte esta forma de caracterizar el flagelo, pero cuando uno hace un poco de memoria e incorpora los tiempos vividos en las aulas y en contacto con la sociedad, sobresalen los padres cuyos manejos en favor de la defensa de sus hijos violentos sin análisis razonables fueron en incremento,muchas veces incentivando los golpes a docentes, las acciones corruptas en general se fueron dando de a poco en todos las formas, en diferentes edades, en actividades disimiles, en empresas al aceptar mentiras como válidas para salvar situaciones inaceptables, todo ello puede llegar fácilmente a estos " tiempos violentos".
Crece un odio a todo aquel que tiene un poco más o mucho más: dinero, posición, belleza etc.
Las visiones y las voluntades pueden empeorar cuando se ve que las riquezas las tienen unos pocos de arriba hacia abajo, por vías no honestas, cuando se ve que el sacrificio del estudio, del trabajo, del actuar bien, no sirven.
Hoy son más los que están en puestos relevantes sin el mérito suficiente para ocuparlos, solo los llevó allí el acomodo, la "viveza", el amiguismo y principalmente "la mentira irreverente", " la deshonestidad manifiesta". Ellos se salvan de la violencia por tener las posibilidades económicas mal habidas para protegerse del atropello y la muerte.
Las diferencias lastiman, duelen y matan. Cualquiera puede perder la vida sin una razón valedera.
Sumase por estos tiempos otras causas : las adicciones crecientes y el descontrol de quienes deben aplicar la justicia. ¿Por miedo o por ineficiencia? Por último las cárceles que no nos devuelven ciudadanos recuperados. todo se junta para que la violencia crezca.
¿Que nos espera?
Quizá mucho esfuerzo por delante, educadores respetuosos y respetados para el rescate de los valores, trabajo digno, ataque a la corrupción en todas sus formas y penalidad a los que tienen alguna responsabilidad, sin prescripción por que de alguna manera es un ataque de lesa humanidad, ayuda a los más desprotegidos sin clientelismo, gobiernos democráticos que defiendan a la República, etc..
Internalizar que la responsabilidad de cambio es de todos.
Desterrar la idea de que las cosas son fáciles, que todo vale, reconocer que es importante y sano que no debería existir el "verticalismo" en las acciones gubernativas, para decidir por la voluntad de uno o un pequeño grupo dominante.
Las masas no siempre tienen razón ¡POR FAVOR!....La historia está plagada de ejemplos.
Respetar a cada uno de los cuarenta millones de Argentinos.
Yo todavía tengo esperanzas. ¿Ustedes?