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sábado, 7 de abril de 2012

ALGUIEN DIJO ¿Y DONDE ESTA EL PILOTO?

Mientras muchos se preguntan si fue un tornado en la región oeste de la provincia de Buenos Aires donde los vientos recorrieron más de 200 kilómetros en pequeñas formas envolventes, arrasando en poco tiempo todo a su paso. Todos se preguntan hoy si hubo o no características propias del fenómeno meteorológico visto en otras regiones, si hubo más o menos víctimas, si los destrozos indican un acercamiento a los ocasionados en otros, similares o peores. Todo eso discutible, investigable, por supuesto por medio de los organismos preparados para ese efecto. Pero lo más grave para el observador, para el que lo sufrió o para aquel que por estas horas busca desesperadamente a alguien que le pueda dar soluciones a los graves problemas que desgraciadamente debe enfrentar fue sentirse impotente, desamparado al transcurrir el tiempo. Y entonces surgen preguntas,
¿Quiénes son los que deberían haber estado desde el primer momento acompañando y dando soluciones?
Y entonces se comienza a pensar que la soledad es común por estos días.
Empezando por las autoridades nacionales(la presidenta por estas horas y desde hace unos días en El Calafate), no ha llegado nada que indique que está al menos preocupada, ya se esta haciendo costumbre, pasando por la provincial, municipales y empresas de energía, no estuvieron allí en las horas que siguieron.
En la mayoría de los lugares no hay luz ni agua aún hoy. Muchas de las regiones más afectadas no les ha llegado la ayuda necesaria, no alcanza recoger alguno que otro árbol. La falta de previsión para estos eventos naturales, principalmente para hacer frente a catástrofes de estas dimensiones, hicieron que por horas llenaran de zozobra, miedo y desesperanza en muchos de los habitantes de las zonas afectadas. Algunos vecinos se han unido para cuidar lo poco que pudieron rescatar de sus propiedades, diseminados en áreas cercanas, pues los robos y el pillaje son en algunas zonas observadas con total impunidad.
Lo más grave es sentir que no llega una palabra de aliento del poder político, muy preocupados por estas horas por hechos que la justicia debe tratar de dilucidar.
Algo debe cambiar, no puede ser que ese sentimiento de desamparo sea lo que acompañe a los más afectados, la situación es realmente grave, las calles oscuras por las noches, la falta de vivienda, de alimentos, de agua y también la ausencia a sus trabajos para cuidar a sus familias y mejorar en parte sus carencias que son las más elementales para sobrevivir, nos deja a los que estamos en la zona (vivo en La Matanza, municipio afectado) una gran desesperanza, algunos tuvimos la suerte de estar en las regiones marginales del meteoro y no sufrimos los destrozos y la falta de energía, por eso sentí que debía ser voz de los que no la tienen por estas horas.
Hoy podemos decir que la zona más afectada en el corredor fue la localidad de Merlo, vaya para ellos mi solidaridad.


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