Hoy escribiré sobre nuestros niños, esos que se encuentran dispersos en cualquier lugar del mundo, esos que reciben día a día algo, a algunos acciones que los harán más fuertes, más cariñosos, conscientes, respetuosos, humildes, sinceros y solidarios. Otros lamentablemente, en contacto con situaciones límites, les costará mucho más poder creer en que todos estos valores existen, ellos necesitarán en el transcurso de sus vidas, almas solidarias que les acerquen acciones que les hagan sentir que el bien es posible y así mirar al futuro de otra manera.
Estos días tuve diferentes muestras de como podemos ayudar a nuestros niños, desde el contacto en una guerra fratricida como la de Gaza e Israel donde se les haga comprender que las guerras y las perdidas humanas no son la solución, no incorporar el odio por otros porque forma una gran cadena de nunca acabar, si ello fueran incorporando desde su más tierna edad, las nuevas generaciones podrían buscar otras formas de conciliación, quizá con el tiempo podrían mirar como hermanos a sus vecinos.
¿Quién puede afirmar que no es posible?,
Generaciones han peleado por un lugar, teniendo en sus historias luchas religiosas cuyos fundamentos enseñan la búsqueda de la felicidad, donde un Dios Justo y bondadoso los acompaño siempre en sus plegarias, sufrimientos por persecuciones injustas durante centurias, exterminios por el solo hecho de pertenecer a una raza o cultura diferente. Los niños fueron los más indefensos, ellos fueron los más afectados, millones quedaron huérfanos, algunos fueron criados por personas extraordinarias y otros han peregrinado por estadios de desamparo, de dolor, de hambre y lo que es peor de falta de afecto o simplemente creyendo que todo se les debe por venir de una historia muy lejos de las demás, lamentablemente los vuelve descreídos, vengativos, egoístas, tanto que en algunos casos creen que pertenecen a una casta diferente. Pero, en mi vida he visto que muchos de estos niños golpeados por diferentes situaciones lograron sobreponerse y el duro aprendizaje los llevó a sacar lo mejor y hoy ya adultos los vemos incorporados a hacer el bien, padres de familia donde la honestidad y los valores son su mira, trabajadores honestos, incorporados a Instituciones donde cuidan a los niños desamparados, hombres que por haber pasado por distintas injusticias no creen que los demás les deban compensar , sino todo lo contrario humildemente reconocen que el sentido de servicio, la solidaridad, el afecto, es lo que falto en sus vidas y eso se debe subsanar desde cualquier lugar que se haya logrado salir por merito propio.
Me pareció excelente las posición del último hijo recuperado, su vida seguirá enriquecida con el logro de tener su identidad, su familia, su historia, pero su nombre y sus gustos seguirán de la misma forma, según lo expresado por él en un reportaje, ello me dio la pauta que no cree que deba pertenecer a una parte de la sociedad diferente, como "Hijos de desaparecidos", fue una desgracia, una injusticia irrecuperable de una parte de nuestra cruenta década del setenta. Pero...¿no es bueno tratar de ser un ser humano que pudo superar su propia historia?.
Me gustó tu sencillez Ignacio (o Guido) y me alegró que la Sra. de Carloto haya al fin encontrado a su nieto.
Su alegría y sus palabras nos llegó a todos.
FELIZ DIA DEL ÑIÑO!!!!!.....
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