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viernes, 30 de marzo de 2012

HOY ESCUCHE A UN VETERANO DE LA GUERRA DE MALVINAS

Aunque me he retirado de las aulas, me gusta ir a una de las escuelas donde pasé una parte de mi historia docente, hoy pude compartir un sencillo acto sobre la guerra de Malvinas, más allá de las causas que me llevaron a esa visita, escuche los conceptos vertidos por algunos de mis colegas y en especial por un padre de tres jóvenes que estudiaron en la escuela.
Con palabras sencillas explicó ese retazo emocionante de su vida donde conoció la tragedia de una guerra, la pérdida de uno de sus amigos , chileno y naturalizado argentino que murió apenas pisaron suelo isleño ( las lágrimas corrieron por sus mejillas al recordarlo), fue una de las primeras injusticias de la historia malvinense: por tener esa condición no fue recordado como el primer soldado argentino caído en Malvinas.
Su relato lo llevó a revivir la llegada al continente, al terminar la guerra, donde no hubo el abrazo necesario solo el silencio de un mes en un lugar olvidado por sus superiores y por la prensa. Encontrarse en la calle luego de ese encierro, sin un un centavo para ir a su domicilio, sentir la vergüenza injusta de haber peleado en las olvidadas islas y no haber ganado. ¡Como podía explicar que no eran culpables! ¡Como explicar al colectivero de donde venía si hasta él no comprendía esa situación increíble!
A la distancia, sentí vergüenza ajena, siempre pensé que a pesar de que esa guerra fue un desatino, los cuerpos de los soldados enterrados en las islas era un motivo más para afirmar la soberanía sobre Malvinas.
Nada importo por aquellos tiempos: el sufrimiento, el hambre, la falta de abrigo y la muerte a pocos metros de distancia, trasladaron las culpas a inocentes.
Las consecuencias irremediables de los jóvenes combatientes que murieron por los fantasmas de la guerra, fueron un número más en la estadística, y lo que fue más grave por mucho tiempo fueron olvidados y no reconocidos.
No hay palabras que alivien la angustia por la injusticia inmerecida, el padre me hizo transitar la historia y también a los jóvenes alumnos de la Técnica Nº 6 de Isidro Casanova, Partido de la Matanza, Provincia de Buenos Aires. Hoy hay una plaza que lleva el nombre del joven chileno , naturalizado argentino, hoy avanzamos firmemente hacia la verdad.

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