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domingo, 25 de marzo de 2012

POR LA MEMORIA, PARA NO OLVIDAR CUANTO PERDEMOS ...

Transitar con el peligro al lado, aceptar como válidas situaciones incomprensibles, bajar la cabeza y seguir por caminos inciertos, no fue lo que los llevó a muchos a pretender un cambio en esa década del setenta, quizá se podrá no estar de acuerdo con las formas, con los tiempos y con los lugares pero muchos fueron los que sin desviarse por un camino de deshonra, pretendieron mostrar los desacuerdos, abrigando la esperanza de ser comprendidos por quienes habían usurpado el poder político y solo recibieron un terrible final. Nada puede ser más terrible que tener un rótulo de desaparecido: imperdonable para aquellos que lucharon por un futuro mejor, para los que alzaron su voz diferenciando la opresión de las libertades, las verdades de las mentiras, la justicia de la represión injusta y la ayuda solidaria del olvido al necesitado. Separemos a los violentos, ellos no entendieron la gesta. Comprendamos a los que en una lucha desigual perdieron su voz, su sangre y sus ideas. Para ellos la memoria. Para ellos el minuto de silencio que solo se hace a los héroes de nuestro pasado histórico.
Durante todos estos años fueron muchos los que escribieron sobre este período histórico, tratando de dar una visión cercana a la cruenta realidad de esos años. Muchos separaron a los idealistas de los oportunistas, que en todos los tiempos aparecen para robar la dignidad de los pueblos.
La memoria sirve no solo para recordar a nuestros héroes sino también para tener presente los valores por los cuales lucharon, para vislumbrar nuevos caminos y desechar aquellos que llevaron a finales impensados por hombres y mujeres de esa década.
Hoy hay héroes anónimos que comprendieron el mensaje y día a día piensan y sacan conclusiones. A veces la voz que llega no es la verdad, pero ellos saben diferenciar los matices. Honestos con sus ideas pretenden mantener, desde su lugar, una línea de conducta para no perderse en la mentira, en la corrupción, teniendo la firmeza de que el cambio llegará si sabemos que la libertad es importante, que la justicia es la que debiera protegerla y que la democracia es el sistema que debería contenerlas.
Vaya mi mensaje a todos los pueblos oprimidos, que luchan diariamente, llorando sus muertos, no solo Argentina tuvo su cuota de tiempos de desamparo y muerte. A ellos les recuerdo que los cambios vendrán como granos de arena en el desierto, que aún con su realidad tiene oasis.

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