Más allá de la pérdida quedan los recuerdos y cuando en alguna oportunidad escribí de la trascendencia del ser humano, por sobre todas las cosas estuvo como elemento relevante ese perfil que tienen las personas buenas, lo querido y admirado es lo que los mantienen en nuestros corazones.
Mis padres fueron una pareja que dejaron a sus hijos lo más hermoso que se puede heredar: los valores, ellos imprimieron en cada una de sus enseñanzas la humildad, producto de una vida llena de sacrificios y la grandeza de de sus acciones más allá de los valores materiales que sin querer a veces se enseñan a los pequeños.
Ella fue una mujer que aprendió a leer y escribir en su adultez y él perfeccionó sus saberes en su querida Gendarmería, donde su actividad principal era cuidar las fronteras de mi Patria como baqueano en las Selvas del Iman (Misiones)(1942/1960), sacando de sus descansos un tiempo para leer con una vela prendida cuando llegaba de sus patrullas. Siempre hubo un tiempo para nosotros : relatar de forma amena su acontecer en la selva.
Hace unos años escribí una poesía que hoy, en el día del padre quiero homenajearlo y con ella a todos los que de una u otro manera no se han ido de nuestra memoria.
Papá,hoy cumplirías 88 años y te recuerdo
Siempre estarás apoyándome,
}Porque tu espíritu valiente
No me dejará ahora,
Ni mañana ¡Estarás siempre!
Desde allí,
Donde regresó tu alma,
Te pido que no olvide,
De acompañar a tu gente,
A tus nietos que te extrañan,
A los que quedan conmigo.
En esa alma generosa,
Hay una grandeza inmensa,
Que Dios te entregó
Para acompañar tristezas.
Siempre presentí que,
Con ese nombre Jesús
Podías tener un solo destino,
Porque con esa simpleza viva,
Solo se te dio un camino.
Fuiste siempre un gran amigo,
De aquellos desesperanzados,
Donde la felicidad ausente,
Solo les trajo reveses.
Por eso, papá Jesus,
Por toda la eternidad,
Serás siempre para mí,
Un cuidador más,
De esta sufrida humanidad.
MEM-20 de enero/ 2009-"Poesías para la ausencia"
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