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viernes, 23 de diciembre de 2011

GENDARME , QUE LEJOS ESTÁS DE LA FRONTERA

Luego del avasallamiento irrespetuoso e incomprensible en el allanamiento a Cablevisión en tiempos democráticos ( solo en tiempos de gobiernos de factos o totalitarios se vieron atropellos de esta clase) y más allá de las causas que los llevaron a cumplir por mandato de un juez, me dió tristeza y verguenza la acción ordenada a Gendarmería, fue como si a un pariente cercano lo obligaran a actuar en contra de su esencia y lo sentí a mi padre muy cerca de mí (el humilde gendarme, baqueano de la selva misionera y mi ídolo de mi infancia en la década del cincuenta) porque él hubiera dicho: "Gendarme, el asfalto no es tu lugar".
Alguna vez escuche de un viejo amigo y compañero de oficina "respetar las ordenes de un superior es algo que no se olvida" , gendarme retirado él, quería con ese concepto que yo entendiera que se había hecho carne en su vida ese respeto a la desición tomada por un superior, me costaba hacerle entender que ya no estaba en la fuerza y también que en un sistema democrático se podía opinar y disentir en cualquier ámbito y causa, en las grandes desiciones o en un caso de un simple expediente de oficina.
Y es así como surgen de estos párrafos dos palabras que hoy, en esta Buenos Aires nublada y lluviosa, me invitaron a reflexionar: una de ellas "esencia" : ella se refiere en este caso al origen de la fuerza de Gendarmería "cuidar las fronteras norte y...." con esa consigna dar por sentado que por esa vieja ley de creación en 1938, la fuerza sería la cuidadora de las fronteras, lo primero que vería aquel que tuviera que avanzar sobre nuestros límites como país sería un uniforme verde oliva y una bandera celeste y blanca. Un silencioso y humilde "Centinela de la Patria" como se lo llamó al gendarme.
Los tiempos cambiaron y ya no los caracterizamos como el vigilante de nuestras fronteras, casi no recordamos que el sigue estando allí, los vemos en las rutas, en las calles urbanas, en las cercanías a las villas de emergencias y ahora como fuerza de choque, en un país en democracia.
La otra palabra es "respeto" del viejo gendarme que me dijo esa palabra y con gran desazón debo reconocer que eso que lo enorgullecía, hoy se diluye en situaciones grotescas que no condicen con acciones de las cuales hizo historia la gendarmería de mi padre de la década del cuarenta, cincuenta y sesenta aquella que defendía las fronteras, aquella que ayudaba a los pueblos olvidados, aquella que muchas veces perdió a sus integrantes en defensa del patrimonio nacional.
Recuperando su historia indague y recogí que por ley 12367 de 1938 fue creada para "seguridad de las fronteras...vinculado directamente a la soberanía e integridad de la Nación" según Carlos Sanchez Viamonte y luego en 1995 en la presidencia de Menen se consideró que se debía "eliminar las fronteras...solo habían estado en la imaginación" (haciendo alusión a lo dicho por Perón en 1973) y se designó nuevas misiónes "en el exterior en el marco de la Organización de las Naciones Unidas y de seguridad en sedes diplomáticas, protección del medio ambiente, tráfico de especies en extinción y el de residuos peligrosos, Control y Prevensión del terrorismo Internacional y prevención del Tránsito Ilegal.
Hoy están en las calles, no he encontrado los orígenes de estas nuevas misiones.
Rescate de mi libro " La tierra colorada y yo:Hasta el Final" un fragmento sobre el gendarme:
"...tenía el rostro surcado de arrugas...observaban con fiereza la enmarañada vegetación mientras avanzaba...los machetes que habían servido para abrirse paso estaban aún en sus manos...en forma de abanico se abrieron paso...los contrabandistas sorprendidos...en aquella década del cincuenta era muy preciada la harina, que a veces no había en el pueblo, solo la de color gris subido llegaba a los almacenes de Concepción, mientras esta gente contrabandeaba la blanca al Brasil, donde la vendían a precio de oro...Otro vez la selva, sin lluvia, con muchos insectos pululando, pero con la alegría del deber cumplido..."
Quizá esté lejos el Gendarme de hoy, pero me gusta recordar sus hazañas, aquellas que solo les daban a sus integrantes satisfacciones por defender causas justas: la defensa de la soberanía nacional, alejados de los centros urbanos siendo solamente "Centinela de la Patria".

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