No es una novedad que estemos pasando por un estadio de sobrecalentamiento global del planeta, no estamos desinformados de sus consecuencias, sabemos que tanto los glaciares - reservorios de agua potable y conservación de la vida- van perdiendo sus tamaños por el deshielo; la degradación de los suelos ha llegando en algunos lugares a la desertificación de los mismos. Todo esto nos pone sobre aviso sobre: un futuro de cuidado para la humanidad y la vida en general.
La pregunta latente es:
¿Somos consientes de la responsabilidad que nos cabe?
Diariamente en los medios de comunicación observamos como avanzan las consecuencias del problema clímático en nuestro país y en el mundo: temperaturas elevadas, pérdidas de pequeños ríos, glaciares que se unden en el océano por derretimiento, suelos que ya no reciben lluvias. Para completar nuestras preocupaciones observamos que en grandes extensiones de campos productivos hasta hace un tiempo, hoy se pierden las cosechas, el ganado muere porque en sus aguadas naturales no encuentran el líquido vivificador. Las grandes ciudades sufren cortes de energía por el uso desmedido tanto en verano como en invierno. Las fábricas siguen despidiendo el hollín que cubre los grandes centros urbanos y los campos adyacentes.
Quizá para algunos sea una enumeración de fatalismos o simplemente un pesimismo subido para entristecer. ¡NO! Simplemente es llevar al lector común, la necesidad de abrir las conciencias. Pensar en nuestros hijos, en los nietos y en los hijos de los hijos de todos los que nos incluimos en esta densa masa que constituye la humanidad toda. ¡QUE HACER!
Ayer mirando la TV pude escuchar y ver un programa interesante sobre las sequías en nuestro país, quizá algunos lo hayan visto, pero para los que no lo hicieron destaco algunas de sus ideas:
- En lugares donde se observe que las condiciones de los suelos han sufrido un desgaste, realizar cultivos adecuados a las necesidades del agua, no plantar maíz, que necesita mayor humedad, por ejemplo.
Si olvidamos la sabiduría de la tierra, es que no aprendimos nada.
- Volver a forestar en los lugares donde nuestros abuelos habían dejado una hilera de árboles para proteger los cultivos de los fuertes vientos que asolan y hacen secar los frágiles brotes y producen la sequedad desertificando el suelo. Ellos solían mirar de donde venía el viento y allí los plantaban.¿ Recuerdan que nuestros abuelos además sabían, según donde se concentraban las nubes, cuando iba a llover?....También si ellas harían caer granizo. Quizá algunos memoriosos recuerden esto. Hoy tenemos una tecnología extraordinaria y aún así llevamos a nuestros campos a la degradación. Creo que sería bueno recordar a nuestros abuelos y aplicar también la moderna tecnología. Por supuesto esto no gustará a los dueños de campos que por tener mayores ganancias cubren sus campos totalmente de cultivos y se ve una línea horizontal sin ninguna posibilidad al levantar la cosecha que el mismo, esté protegido de los vientos. Como dice un dicho indígena que.... cuando se termine todo, se comerán el dinero.
Esta civilización no LEE su historia, tampoco respeta la sabiduría de sus viejos, mucho hay que aprehender para apreciar al sabio, como lo hacían nuestros ancestros.
- Cuando no se utiliza un campo sembrar semillas que produzcan un cubre suelo para alimento de nuestro ganado pero también para que con sus raíces logre la contención necesaria, el viento no se llevara su humedad y su riqueza natural y los campos esperarán su tiempo de siembra.
Si cuidamos nuestra tierra, también cuidamos nuestros ganados. Ellos también viven de la tierra.
Para los que viven en los grandes centros urbanos o en sus alrededores también hay consejos:
-Trabajar para administrar racionalmente el agua: es una cuestión clave para el futuro productivo de nuestro país.
- Atender las emergencias pero también pensar en lo estructural.
- Promover proyectos desde los gobiernos para mejorar el uso y desechar el abuso del agua y la energía.
- No descuidar la legalidad, los gobiernos deben observar el cumplimiento de las leyes dictadas por nuestro Poder Legislativo en lo que respecta a las explotaciones mineras, el cuidado del agua potable y la energía, en especial el uso de elementos contaminantes en nuestros campos, selvas y montañas.
- Controlar exhautivamente los contratos con empresas que podrían hacer una destrucción ambiental. Observar si existe corrupción en sus autorizaciones.
- Las acciones de personas y/o empresas que incurran en estas irregularidades deberían según su magnitud estar en delito de lesa humanidad, de este modo no se traspapelerían esperando que caduquen esas acciones. De este modo se cuidarían más quienes lo hacen ¿no les parece?.
Espero que algunos hayan tomado nota.
La pregunta latente es:
¿Somos consientes de la responsabilidad que nos cabe?
Diariamente en los medios de comunicación observamos como avanzan las consecuencias del problema clímático en nuestro país y en el mundo: temperaturas elevadas, pérdidas de pequeños ríos, glaciares que se unden en el océano por derretimiento, suelos que ya no reciben lluvias. Para completar nuestras preocupaciones observamos que en grandes extensiones de campos productivos hasta hace un tiempo, hoy se pierden las cosechas, el ganado muere porque en sus aguadas naturales no encuentran el líquido vivificador. Las grandes ciudades sufren cortes de energía por el uso desmedido tanto en verano como en invierno. Las fábricas siguen despidiendo el hollín que cubre los grandes centros urbanos y los campos adyacentes.
Quizá para algunos sea una enumeración de fatalismos o simplemente un pesimismo subido para entristecer. ¡NO! Simplemente es llevar al lector común, la necesidad de abrir las conciencias. Pensar en nuestros hijos, en los nietos y en los hijos de los hijos de todos los que nos incluimos en esta densa masa que constituye la humanidad toda. ¡QUE HACER!
Ayer mirando la TV pude escuchar y ver un programa interesante sobre las sequías en nuestro país, quizá algunos lo hayan visto, pero para los que no lo hicieron destaco algunas de sus ideas:
- En lugares donde se observe que las condiciones de los suelos han sufrido un desgaste, realizar cultivos adecuados a las necesidades del agua, no plantar maíz, que necesita mayor humedad, por ejemplo.
Si olvidamos la sabiduría de la tierra, es que no aprendimos nada.
- Volver a forestar en los lugares donde nuestros abuelos habían dejado una hilera de árboles para proteger los cultivos de los fuertes vientos que asolan y hacen secar los frágiles brotes y producen la sequedad desertificando el suelo. Ellos solían mirar de donde venía el viento y allí los plantaban.¿ Recuerdan que nuestros abuelos además sabían, según donde se concentraban las nubes, cuando iba a llover?....También si ellas harían caer granizo. Quizá algunos memoriosos recuerden esto. Hoy tenemos una tecnología extraordinaria y aún así llevamos a nuestros campos a la degradación. Creo que sería bueno recordar a nuestros abuelos y aplicar también la moderna tecnología. Por supuesto esto no gustará a los dueños de campos que por tener mayores ganancias cubren sus campos totalmente de cultivos y se ve una línea horizontal sin ninguna posibilidad al levantar la cosecha que el mismo, esté protegido de los vientos. Como dice un dicho indígena que.... cuando se termine todo, se comerán el dinero.
Esta civilización no LEE su historia, tampoco respeta la sabiduría de sus viejos, mucho hay que aprehender para apreciar al sabio, como lo hacían nuestros ancestros.
- Cuando no se utiliza un campo sembrar semillas que produzcan un cubre suelo para alimento de nuestro ganado pero también para que con sus raíces logre la contención necesaria, el viento no se llevara su humedad y su riqueza natural y los campos esperarán su tiempo de siembra.
Si cuidamos nuestra tierra, también cuidamos nuestros ganados. Ellos también viven de la tierra.
Para los que viven en los grandes centros urbanos o en sus alrededores también hay consejos:
-Trabajar para administrar racionalmente el agua: es una cuestión clave para el futuro productivo de nuestro país.
- Atender las emergencias pero también pensar en lo estructural.
- Promover proyectos desde los gobiernos para mejorar el uso y desechar el abuso del agua y la energía.
- No descuidar la legalidad, los gobiernos deben observar el cumplimiento de las leyes dictadas por nuestro Poder Legislativo en lo que respecta a las explotaciones mineras, el cuidado del agua potable y la energía, en especial el uso de elementos contaminantes en nuestros campos, selvas y montañas.
- Controlar exhautivamente los contratos con empresas que podrían hacer una destrucción ambiental. Observar si existe corrupción en sus autorizaciones.
- Las acciones de personas y/o empresas que incurran en estas irregularidades deberían según su magnitud estar en delito de lesa humanidad, de este modo no se traspapelerían esperando que caduquen esas acciones. De este modo se cuidarían más quienes lo hacen ¿no les parece?.
Espero que algunos hayan tomado nota.
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