ARENGAR LA TROPA OLVIDANDO EL SIGNIFICADO DE SU HONESTA IMPORTANCIA

Los jefes de los ejércitos de todos los tiempos tenían por costumbre "arengar" a la tropa antes de las grandes acciones  planificadas mucho antes de ese momento.  Generalmente lo hacían con palabras altisonantes, con un gran despliegue de ademanes y un discurso lleno de emotividad, donde no faltaban frases que tenían como finalidad convencer a su público de la necesidad de dar todo por la causa. Esos momentos eran tomados muy en cuenta por quien tenía la responsabilidad de hacerlo y la habilidad  era fundamental, sabía que  quienes recibían el mensaje quizá perdieran la vida muy poco tiempo después.

Salvando las distancias del tiempo y de  los personajes históricos, sentí estar enfrente de una situación casi similar,  el Día de la bandera en la hermosa Rosario. Observe a un personaje nervioso,  aregando, tratando de convencer al  público reunido por otro motivo que había una batalla por ganar, por algo perdido por acciones oscuras e injustas.  

Entonces pensé:

¡algo está mal!..

Sentí que una gran mayoría de los que veíamos el acto  estábamos fuera de ese marco, era un relato mentiroso, armado para pasar por alto el verdadero sentido de lo que paso antes, no había una batalla para pelear, tampoco una necesidad de arengar, solo algo, una acción que   puso en el lugar que correspondía a una ley con un articulado incorrectamente incorporado, un acto que dejo en claro el  respeto a   lo que expresa la Constitución de nuestro país y, lo más grave resuelto por una Corte Suprema que muchos países democráticos quisieran tener.

Quizá puedan  discutirse  más adelante modificaciones  reglamentarias pero jamás,  algo que no respete la esencia de los artículos que hoy tiene nuestra carta magna y menos cuando veladamente pareciera ocultar otra necesidad imperiosa:  no tener "enemigos" que estén en contra de las acciones del gobierno.   

Sigo pensado que hay personas que tienen capacidades extraordinarias sobre el manejo del discurso, pero lamentablemente no siempre lo  utilizan para aclarar los hechos y,  en la mayoría de las veces en lugar de unir para pelear por una Argentina honesta y pujante, se dejan pasar  oportunidades que muchos quisiéramos que no  sucedieran.

Era  el día en que debíamos recordar a un gran hombre de nuestra historia, honesto, humilde, que no se enriqueció en su actividad pública y que murió en la pobreza expresando su pesar por la lucha entre hermanos en una Patria que tanto había amado. Triste y realmente lamentable.