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miércoles, 17 de agosto de 2011

LOS CANDIDATOS: "UN BUEN POLÍTICO"

Para poder evaluar a un "Buen Político", no hay nada mejor que acercar el perfil de nuestro elegido a los siguientes lineamientos (Bibliografía : Síntesis del trabajo de Luciano Ortega: Académico del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político - ICADEP) , si se acerca lo suficiente, estamos en capacidad de decir que hemos elegido bien:

-Poseer Ideales
-Como humano, con defectos y virtudes y, en la balanza de su mundo interior el mayor peso esté en las virtudes
-Toma de desiciones en beneficio de la mayoría de la sociedad y nunca en una minoría.
-Capacidad de liderazgo moral.
-Obligación de predicar aunque corra el riego de ser ridículo o molestar a sus votantes.
-Tener sensibilidad, capacidad de decisión, amor a la política y claridad de ideas para transformar en realidades útiles fructuosas para la población que gobierna.
-Reunir a su alrededor a gente de talento político (Ej. : Honestos y decididos a hacer el bien colectivo)
-Ejecutar él y su equipo de colaboradores la autodisciplina, resistiendo los malos impulsos o tentaciones, en especial donde la corrupción es el camino fácil para hacer dinero.
-Ser creíble para aglutinar a la sociedad.
-Ser sumamente humano con los militantes, con la oposición y en general con la ciudadanía que lo va a votar.
-Lograr una sociedad justa dentro y fuera del país.
-Prevalecer en él la objetivibidad y la paciencia, la receptividad y el bien común, para lograr que todo se realice no por capricho y desde posiciones inflexibles.
-La toma de acuerdo entre dos buenos políticos ideológicamente opuestos nunca deberá ser motivo de distanciamiento las diferencias y prejuicios.
-Es mal político aquel que se niega a cambiar y comprender los nuevos problemas que preocupan a los ciudadanos.
-Huir de la soberbia que erosiona veloz e irremediablemente la aprobación ciudadana, la intransigencia carcome la posibilidad de gobernar a todos los ciudadanos.
-De la demagogia surge la confusión, la incredulidad y la inquietud.
-Debe estar preparado para estar y saber cuando ya no lo está y retirarse con dignidad.
-Ser accesible, es decir, transmitir la sensación de ser una persona abordable para escuchar, comprender y conocer todas las sugerencias que recibe.
-Dar ejemplo con su conducta personal y política sobre los niveles de esfuerzo exigido a los demás políticos, tengan la ideología que tengan.
-El buen político se mide por el grado de servicio que haga al bienestar general.

Todos estos conceptos son una síntesis del excelente trabajo realizado por Luciano Ortega y que, seguramente servirán para seguir haciendo los deberes de buen ciudadano: conocer que es ser un buen gobernante.




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