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sábado, 10 de septiembre de 2011

SARMIENTO Y SU LUCHA

Mas allá del perfil histórico: alumno modelo, autodidacta, escritor, periodista, militar, Senador y Presidente fue un transformador social que iluminado por las ideas de la época pensó y llevó a la práctica la idea de que, a un pueblo le debe llegar la educación, para poder manejarse y tener el suficiente conocimiento para poder desde su lugar contribuir al progreso de su país.
Admirador de los países que habían logrado grandes avances por distintas corrientes filosóficas (Francia y su racionalismo político, Inglaterra y su economía liberal, Alemania y el romanticismo e Italia y su humanismo renacentista) le hicieron pensar y le dieron la pauta que la única manera de lograr difundir las ideas era por medio de la educación y en especial la pública: "Hay que educar al soberano", nadie que no esté en capacidad de saber que es lo que debe elegir, no puede hacerlo bien. No puede alejarse del objetivo para poder obtener una dimensión de su hoy y de su futuro.
En su libro "Civilización y Barbarie" que enciende debates aún hoy, quiso mostrar más allá de su lectura literaria, los males que pueden ocasionar retroceder al salvajismo o progresar y caer en el caudillismo.
La educación deberá ser dirigida a la búsqueda y la concreción de un modelo de país nacional y moralmente ético, no hay disculpas para nadie sino vemos esa postura en cada uno nosotros a la hora de decidir quien nos debe gobernar, más allá del lugar que ocupe cada argentino, debe estar el peso de la responsabilidad, esa que tuvo Sarmiento a la hora de decidir un Estado nacional con educación para todos.
Un país de hombres libres y concientes de la importancia de su participación, lograda con una postura crítica, mejorando su capacidad de elección en todos los aspectos : Social, económico, político y cultural .
Es hora de no dejar pasar nada porque "no nos toca" o porque "no es importante para mi vida".
El "yo estoy bien" debe ser cambiado por "todos estaremos bien" y solo se logra con educación, una cuota grande de solidaridad y un acompañamiento constante, así lo hubiera querido Sarmiento.

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